A partir de esa época es posible apreciar con más claridad las diferencias existentes para las relaciones de género. Claramente en desventajas para las mujeres. Aquí se muestra una imagen de la mujer colonial acomodada y con lujos, con una vida muy simple. Pero no olvidemos que la sociedad era muy superficial y tenía muchos trasfondos que hacían la vida de la mujer muy dificil.
Se daba por hecho que las mujeres eran débiles, cosa aludía meramente a lo físico, pero también incluía el carácter, cosa establecidas por las reglas españolas y religiosas. Creían que ellas tenían menos resistencia a la tentación y menos racionales al ser altamente emocionales, por lo que requerían del extremo cuidado especial que les era otorgado como especie de reclusión, es decir, era constantemente vigilada por su familia, particularmente hablamos de los padres y el alberque en la religión. El molde sublime conductual que le era exigido fue de mucho rigor. Paralelamente, eran sobrecargadas con más responsabilidades morales que a los hombres, tales como la protección de su virginidad y pureza hasta el matrimonio y la mantención de la fidelidad luego de ser casadas. Como podemos ver, consisten básicamente en la conservación de sí mismas y el honor del hombre y la familia que eran entramadamente de importancia. La reputación e imagen social de la mujer dependía en gran medida de la valoración social que se hacía de su castidad, virtud y fidelidad, cualquiera fuera su clase. Hombres y mujeres se encontraban en conexión de cuidar su reputación dentro de un matrimonio y familia. EL hombre también tenía responsabilidades morrales, pero eran en menos medida, como por ejemplo la de proteger la virtud de sus mujeres en el honor, como ya hemos mencionado.
Aquí el elemento femenino es quién tiene muchas desventajas ante la imagen fuerte y las prerrogativas del hombre que le proporcionaban romper fuera de su hogar las normas que allí mismo eran establecidas, lo que nos invita a dar cuenta de la doble moral, que hizo al hombre participe de las practicas por las cuales a una mujer se le condenaba. Como sucede en el caso del adulterio , donde el hombre podía cometerlo y también mantenía su posición social, por su parte para la mujer este era ofensa máxima social y personal que una mujer podía realizar.
En América, el hombre de la aristocracia disfrutaba de beneficios sexuales que les
eran proporcionados por mujeres de bajo rango, las que eran vistas en sociedad como objetos menos respetables, estando así bajo la vulnerabilidad masculina.
Las disputas entre los géneros eran relacionados directamente con el concepto del honor y al sentimiento amor que no valoraban como tal, cayendo en muchas situaciones de frialdad. La educación de la mujer se daba por separado a la del hombre, mientras ella crecía aprendiendo tareas como bordar, cocer, etc., el hombre era mas educado intectualmente y se les implantó el concepto de que su sexualidad masculina era incontenible y totalmente fuera de las normas. La mujer tuvo que pasar muy por el contrario, a prueba su rectitud , porque su sexualidad no podía expresarse libremente, era de peligro incluso para su familia. Así desde los inicios de sus vidas fueron adaptados bajo este molde social.
Como ya hemos visto antes, el matrimonio era la mayor opción a la que podía acceder la mujer. Aún siendo este algo que no hace valer los derechos de mujer, y que le resta calidad de vivencia.
Escrito Por: Aracely Alarcón
Profesora Carolina Guajardo Castro
Segundo Medio B
domingo, junio 29, 2008
" La Mujer Colonial "
Publicado por contraste-en-dos-generos en 17:53
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
Excelente trabajo chicas!
El tema de la "Doble Moral" es fundamental para entender aspectos de las relaciones de género, sobre todo en este período histórico.
Me sorprenden gratamemte.
Insisto nuevamente, ojo con la ortografía! Hay que editar ciertos errores.
Publicar un comentario